Hay noticias que hay que
leer dos veces para asegurarse que vivimos en el año 2014 y no hemos dado un
salto en el tiempo al estilo de Marty McFly a la triste y rancia década
nacionalcatólica de los años 50.
Porque un
ayuntamiento granadino lleva años regalando, con cargo al erario público por supuesto,
un reloj a cada niño del pueblo que hace la sacrosanta y cristiana comunión. Y por tanto, aquellos impíos hijos de padres herejes,
judíos, ateos, moros, budistas o ya puestos seguidores del Gran Spaguetti Volador ¡loado sea en todo el Universo su santo y poderoso nombre! pues se quedan sin regalo (ajo y
agua al estilo del popular dicho) y santas y nazionalcatolicas pascuas. ¡Y a
tomar vientos la separación entre iglesia y estado!
Les dejo con la foto de
los felices niños católicos y su bonito reloj, que los otros se habrán quedado con una cara que para qué.
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