Una de las facetas más absurdas de la religión es cuando el
iluminado de turno afirma poseer poderes supranaturales, obtenidos por supuesto
gracias a su divinidad particular. Y la situación puede derivar en esperpento de
lo más risible cuando los esotéricos adeptos han interiorizado tanto el engaño,
que se enzarzan en disquisiciones bizantinas sobre los mencionados poderes y en
algún caso, como el que nos ocupa, se acaba en los tribunales.
Así, un afamado yogui hindú, que curiosamente se hizo rico
con esa mezcla tan oriental de espiritualidad antimaterialista y arcanos
poderes obtenidos tras largos ayunos y privaciones (aunque luego vivía rodeado
de todo tipo de lujos ¡misterios insondables del hinduísmo!) se vanagloriaba de
haber meditado durante años en el Himalaya sin comer ni beber y a las gélidas temperaturas
tan habituales del inmenso techo del mundo. Y por supuesto sus cándidos
seguidores lo creían a pié juntillas como si de una verdad revelada se tratara.
Pues bien, resulta que tan poderoso
líder espiritual parece ser que lleva desde principios de año "meditando"
de esa manera dentro de un congelador industrial y tal y como aseguran sus
fervorosos (y por qué no decirlo, idiotizados) seguidores:
"Él regresará a la vida tan pronto como lo considere oportuno"
El problema es que su mujer y su hijo opinan
que el gurú está más tieso que la mojama y que lleva muerto todo ese tiempo tal
y como lo atestiguaron en su momento las autoridades médicas competentes, de
tal manera que aunque acudieron a la policía para que les ayudaran a incinerar
al finado (y ya de paso cobrar la multimillonaria herencia obtenida gracias a
los deficientes mentales de siempre), los fieles de la secta se niegan en
redondo a que "asesinen" en una pira funeraria a su santo y poderoso líder
espiritual, ya que aseguran seguir recibiendo mensajes "mentales" del
congelado en los que indica que sigue vivo y que volverá en cualquier momento,
cuando lo considere oportuno y su estancia meditativa en el más allá o donde
sea haya concluido.
De tal forma que ahora tendrá que ser un
juez del estado del hindú del Punjab quien tendrá la última palabra sobre
la "vida" y la muerte del ya famoso líder. Mientras vemos en que acaba este
surrealista y esperpéntico asunto les dejo con el protagonista de esta historia antes de ponerse a meditar dentro del frigorífico.
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