La parapsicología es una de las más arraigadas supersticiones que atan y anulan al ser humano desde siempre y aunque mantiene fuertes lazos con el tosco espiritismo heredado de tiempos ancestrales, así no deja de sorprender su capacidad de adaptación a los nuevos conceptos y tiempos.
Por ello, una "investigadora" de la Facultad de Medicina de la Universidad brasileña de Minas Gerais, no contenta con diagnosticar y tratar a personas vivas ha ampliado su campo de estudio a los espíritus, esos seres tristes y apesadumbrados que vagan sin concierto por desvanes y sótanos de casas encantadas y castillos. Utilizando la "proyección de la conciencia" de una "experiencia extracorporal" (que la puso en contacto directo con estas entidades espirituales permitiéndole ejercer como psicólogo terapeuta) nuestra perspicaz "estudiosa" ha encontrado que muchos de estos tristes y errantes seres presentan los típicos síntomas del denominado estrés postraumático, generalmente debidos a una muerte violenta del caminante del Más Allá. Y claro, ese terrible recuerdo deja una huella imborrable que necesita de tratamiento psiquiátrico adecuado por parte de personal especializado. Lo que no me ha quedado claro es si después de su viaje astral cobró sus emolumentos profesionales a sus pacientes incorpóreos o porqué con la cantidad de psiquiatras argentinos que han muerto a lo largo de los años, estos espíritus torturados necesitan de la ayuda de profesionales vivos.
Ahora bien, a la vista de los hechos lo que queda meridianamente claro es que Freud y sus seguidores pueden seguir mareando la perdiz con los complejos de Edipo y similares también en el Mas Allá por los siglos de los siglos. Y ello además abre nuevas perspectivas laborales a los psiquiatras españoles, que ahora pueden ejercer en el "extranjero" sin necesidad de realizar la siempre traumática emigración, como otros muchos miles de profesionales hispanos expulsados por el paro y la crisis galopante que asola nuestra nación.
Ahora bien, a la vista de los hechos lo que queda meridianamente claro es que Freud y sus seguidores pueden seguir mareando la perdiz con los complejos de Edipo y similares también en el Mas Allá por los siglos de los siglos. Y ello además abre nuevas perspectivas laborales a los psiquiatras españoles, que ahora pueden ejercer en el "extranjero" sin necesidad de realizar la siempre traumática emigración, como otros muchos miles de profesionales hispanos expulsados por el paro y la crisis galopante que asola nuestra nación.
Pero si los fantasmas no existen...
ResponderEliminarsoy agnóstico, déjame dudar del ateísmo, es una afirmación en si y la ciencia avanza en medio de la duda tenes pruebas reales para refutar lo que afirmas, yo dudo del ateísmo y también de lo espiritual pero..... todo puede ser y no ser , si Dios existe presenta pruebas y si no existe presenta pruebas se entiende, la discusión da para mucho y mucho y mucho en fin…!
ResponderEliminar¡Qué hartazgo!
ResponderEliminarRuly, lo he escrito en innumerables entradas y comentarios de este blog. Hay miles de evidencias de los más variados campos científicos: historia, psicología, neurología, psiquiatría, biología evolutiva, etc. que nos muestran cómo y porqué han surgido las creencias en la divinidad y en el más allá: del cerebro humano. ¿Hay que demostrar que Don Quijote no existió? No, porque sabemos que apareció de la desbordante imaginación de Cervantes. ¿Tenemos dudas sobre la existencia de las hadas? No, porque sabemos que son invenciones del folclore popular. ¿Se puede ser agnóstico sobre la existencia del ratoncito Pérez? No, porque cualquier persona con una mínima capacidad intelectual entiende que es un cuento infantil.
Y ya para terminar te hago las mismas preguntas que a todos los agnósticos ¿tienes dudas sobre la no existencia de Ganesha, el dios elefante? ¿Crees que existe alguna posibilidad de que Quetzalcóatl, la serpiente emplumada de los aztecas sea real? ¿Eres agnóstico sobre Manitú?
Rully
ResponderEliminarAlguien dice que alguna cosa existe y no tiene como comprobarlo. Dice que existe porque cree y no le importa lo que los otros piensan. Dice que cree que existe porque se sienten más cómodo de que si no creyera; porque le proporciona una cierta seguridad emocional al sentirse protegido por el ser que él cree que todo puede y sabe. Eso sí, debes tener miedo de eso que existe y que no es probable. Porque si no le temes vas a sufrir eternamente porque, por más que no se conozca, ya se sabe que odia al punto de hacer sufrir eternamente a quien dude de su existencia que no puede ser comprobada. Porque tienes que tener fe, y la fe es aceptar sin dudas aquello que no se puede comprobar. Porque, ¿por qué tener fe en algo que se puede comprobar?. Esto sería ridículo. La fe te libertará del sufrimiento eterno. ¿Quién te hará sufrir eternamente?. No lo sé, porque si lo supiese no tendría fe, y sin fe, sufriría eternamente. Entonces tenemos miedo de sufrir por las manos y gracias de algo desconocido, no comprobable.
Por ejemplo: tengo miedo de las hadas; porque sé que cuando no las respetas, ni le das importancia, te muerden las puntas de los dedos. Como tengo terror a la onicofagia, creo en las hadas, porque sé que creyendo, ellas no me muerden las puntas de los dedos. Y puedo demostrar la existencia de ellas mostrando las puntas de mis dedos que no tienen marcas de mordidas de hadas. Nunca dejé de creer en ellas, por eso no puedo decir como son las mordidas, pero ya me contaron que son horrorosas y que el dolor en las putas de los dedos es insoportable. Espero nunca dudar de mi creencia para poder vivir mi vida sin saber cuál es el dolor insoportable en la punta de los dedos. Espero que mi mensaje sea pasado para la mayor cantidad de personas posibles porque no quiero ni imaginar lo que debe ser sentir dolor por mordidas de hadas en la punta de los dedos.
PS: cuidado con los Gnomos, que la reacción de estos por no adularlos es dar un puntapié en el escroto.