Después de décadas en las que la plana mayor del Partido
Popular ha jugado miserablemente con la más denigrante y repulsiva demagogia
acerca de los crímenes de ETA, manipulando a las víctimas e insultando y
persiguiendo a todos lo que no se plegaban a su fanática estrategia de
enfrentamiento parece que ha llegado la hora al PP de pagar por todos sus
excesos.
Y lo increíble del caso, es que estos salvapatrias de
pacotilla que se han envuelto durante años carroñeramente en la bandera de la
más desvergonzada demagogia antiterrorista cuales morbosos vampiros han sido
los mismos que aplaudían como monos descerebrados las
declaraciones del insufrible señor del bigote en las que indicaba que había
autorizado el inicio de contactos con
Pero luego, cuando quedaron en la oposición volvieron a su
estrategia fascistoide de enfrentamiento contra todos y contra todo, no fuera
a ser que otro gobierno se llevara los méritos de la pacificación en Euskadi.
Y ahora tras décadas de llamar vendepatrias, traidores,
colaboradores de ETA, criminales, defensores de asesinos y un largo etcétera de
insultos a cualquiera que osase poner en duda su vomitiva estrategia, se dan cuenta
horrorizados con que tras tantos años en el PP alimentando, cuidando y
engordando al monstruo, que la criatura que han creado sigue teniendo hambre y
lo mismo se termina comiendo a sus esforzados cuidadores.
Y por ello Rajoy
y la pobre Cospedal dentro de sus muy limitadas mentes se sienten
desconcertados y sorprendidos porque es
ahora a ellos a los que desde los sectores más ultras de su propio partido y del
TDTParty les llaman cobardes, traidores y vendidos a ETA. Así que ya se sabe,
ahora tienen que tragar de su propia y amarga medicina. Y tras tantos
años de degradante demagogia y vergonzante manipulación del dolor de las
víctimas parece que ha llegado la hora de un poco de justicia poética.
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