El telepredicador evangelista norteamericano Bob Larson lleva varias
décadas en EEUU luchando contra todo tipo de demonios y resulta que ahora también
su hija adolescente junto con sus amigas se han unido a esta demente cruzada medieval.
Parece ser que allá por la década de 1960 nuestro
protagonista "descubrió" (no sé si de primera mano o por inspiración
divina) que la música rock aunaba todo lo malo de este mundo: izquierdismo,
letras sexualmente provocativas, comportamiento antisocial y satanismo. Y como
un caballero de blanca armadura decidió dedicar su vida a la lucha contra los enviados roqueros de Satán
desperdigados por el mundo, cruzada que con los años ha acabado en un emporio
de libros, radio, TV y congregaciones fundamentalistas no sólo en EEUU sino también
presentes en diversos países como Alemania, Reino Unido o Nueva Zelanda. Si es que la lucha contra el mal también se ha
globalizado.
Dándose cuenta que tanto la iglesia católica como la
anglicana llevaban siglos de práctica regulada del exorcismo y notando la
carencia y el atraso del fundamentalismo protestante estadounidense en estos
tan importantes temas del siglo XXI, decidió crear una escuela internacional de
exorcistas que llenara este peligroso vacío existente en la nación más
cristiana del mundo y cuya principal misión es
"crear una generación de guerreros espirituales que sepan luchar contra las Fuerzas de la Oscuridad en nuestro país, en nuestras casas y en nuestras vidas individuales"
La escuela tiene tres cursos de exorcismos: desde el básico
al más avanzado en que imagino uno será capaz de derrotar al Maligno en
cualquier situación. Pues bien, este enajenado que se ha hecho rico a costa de
la más burda superstición medieval, además ha
embarcado en su demente cruzada imaginaria a su propia hija adolescente que
junto con las más ignorantes de sus amigas también se dedica a ir por el
mundo (incluso han llegado hasta la lejana Ucrania) en misión de búsqueda, persecución
y exterminio de los sicarios de Belcebú, que parece ser que ahora se transmiten
por vía sexual (más o menos como el SIDA). Y aunque Larson y sus chicas luchan infatigablemente
contra esta epidemia demoniaca, parece ser que están perdiendo la batalla
puesto que el propio Larson ha declarado que sospecha la mitad de la población
humana (¡unos 3.500 millones de personas!) están (o estamos) infectados por
estos promiscuos demonios. Así que ya saben, parafraseando el lema propagandístico
bélico: Alístense que el reverendo Larson les necesita en su cruzada contra el
Mal.
P.D.
Les dejo con la foto de la adolescentes exorcistas y con la
reflexión (ya comentada en varias entradas
de este blog) de que cada día estoy más convencido que la infancia necesita
ser protegida de las locuras religiosas de los padres, ya que no son más que
otra forma más de crueldad y maltrato psicológico infantil que deberían estar incluidas
en el código penal.
Vaya panda de... Mejor me lo callo...
ResponderEliminarIgual no estaría mal convertirse en súcubo (o íncubo, que no me acuerdo cual era) de la poseída de la derecha :P
ResponderEliminarJosé, Súcubos son los demonios femeninos.
EliminarSaludos
:-D