Una de las supuestas evidencias que con más fuerza defienden
todos aquellos creyentes (tanto religiosos como místicos) en el más allá para
dar validez al mundo espiritual o celestial son las llamadas experiencias
cercanas a la muerte, vívidas descripciones de intensas alucinaciones
visuales (túneles de luz, etc) que sufren algunos individuos que se han
encontrado en situaciones próximas a la muerte cerebral. Pues bien, un grupo de
investigadores norteamericanos parecen haber encontrado una explicación
más prosaica y racional a estos místicos fenómenos.
Estudiando ratas de laboratorio durante el estado de
vigilia, bajo una anestesia general y después de un infarto de miocardio los
investigadores han podido determinar que en contra de lo que se suponía en la
fase de muerte clínica el cerebro no se encuentra inactivo o hipoactivo y no tiene
menos actividad que cuando se está en estado de vigilia. Así en esos breves
momentos finales el cerebro de las ratas mostró una gran
actividad eléctrica generando infinidad de conexiones entre
diferentes áreas y una gran excitación neuronal, es decir el cerebro al borde
de la muerte llega a estar hiperestimulado y excitado.
Así que si pudiéramos preguntar a estas ratas que es lo que
han sentido durante la experiencia, muy probablemente nos hubieran respondido
que se encontraban en un momento de paz absoluta, avanzando por un túnel de tenue
luz amarilla (ya que las ratas son fotofóbicas y de comportamiento nocturno) camino
del ansiado paraíso de los roedores para disfrutar junto con la Gran Madre Rata
Blanca de una eternidad repleta de montañas de queso, ríos de leche y almacenes
atestados de cereales y huevos y en donde no existen ni los raticidas ni los
gatos ni los demonios humanos que las exterminan con saña en esta tierra de
sufrimiento. Amén.
Pues hubo un médico que se dedicaba a comprobar el peso de una persona antes einmediatamente despues de morir, los pocos gramos de diferencia al parecer eran la prueba de que existía el alma , que salía del cuerpo. Al realizar la misma prueba con perros no encontraba diferencia de peso, lo que según el confirmaba su teoría ya que los perros no tienen alma , según este buen señor.
ResponderEliminarEra el doctor Duncan MacDougall. Pero ete aquí que un colega suyo realizó el mismo experimento con ratas y sorpresa: en ese caso si que había diferencia de peso.Conclusión : las ratas tienen al alma, y si han sido buenas seguro que van al cielo.
Esos pocos gramos de diferencia podrían ser también grasa que se quema al morir,ya que el organismo gasta mucha energía en seguir vivo,por eso cuando alguien muere está tan débil,porque el organismo gasta sus últimas energías en mantener el cuerpo con vida.¿Además,si se detectaba una diferencia de peso considerable,como subía después el alma al cielo?Algo tan pesado no asciende así como así
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