Acabo de leer en la prensa dos noticias antagónicas que me
hacen pensar que hoy es un día de esos en los que hay que hacer ímprobos
esfuerzos para que la tristeza no se desborde y haya que hacer la maleta deprisa
y corriendo y exiliarse lejos de este cateto, supersticioso y humillado país.
La primera es
la publicación por parte del Instituto Nacional de Estadística de los terribles
datos que confirman que la inversión en investigación y desarrollo de
España cayó un 2,8% en 2011. Asimismo el
número de empleados del sector también ha disminuido este año pasado un 3,1%, es decir tenemos 6800 investigadores y técnicos de laboratorio empleados menos en este país. Y
si nos centramos únicamente en la financiación estatal de la ciencia los datos
son todavía peores, ya la administración pública disminuyó su gasto en I+D en un increible
y vergonzoso 7,3% respecto al 2010. Para pone en contexto
estos datos solo hay que decir que en la actualidad España dedica únicamente el
1,33% de su PIB a la investigación, por supuesto muy lejos de países avanzados de
nuestro entorno como Alemania, Francia o Suecia, pero es que a día estamos incluso
por detrás de países también asolados por la crisis económica como Portugal que
dedica el 1,5% de su PIB a la ciencia. Vamos que somos los peores de los países
más atrasados de la Unión Europea. Vergonzante y escandaloso a más no poder.
Y la segunda es que el anciano vestido con sedas, brocados, ridículos
faldones y cubierto de oro y joyas como si fuera de carnaval o a la fiesta del
orgullo gay
acaba
de publicar un demente libro en el que menos la presencia del buey y la
mula en el supuesto portal de Belén se reafirma en todos los locos cuentos de
unos pobres pastores de cabras ignorantes hasta la saciedad. Se ve que se lo ha
confirmado personalmente la paloma extraterrestre con la que conversa en la
intimidad del teocrático Vaticano. Y agárrense porque se han editado un millón
de libros únicamente en la primera edición de tal cúmulo de absurdeces. Imaginen los miles de árboles que se han tenido que destruir para dejar constancia a
la posteridad de los desvaríos místicos de un demente alemán que más bien
parece vivir en la tenebrosa Edad Media en lugar del actual siglo XXI.
Y además resulta que ahora nuestro prehistórico Benedicto
XVI se ha hecho también investigador, astrónomo para ser más exactos, porque ha
identificado (por supuesto sin experimentación alguna, que eso ya sabemos que es
cosa de científicos ateos) que la famosa estrella de Belén era en realidad una supernova. Ahora entiendo porque nuestro piadoso gobierno de fanáticos
católicos está desmantelando el sistema científico español. Total, pensarán que
para que necesitamos invertir en caros telescopios, superordenadores y demás
zarandajas tecnológicas manejados e interpretados por sesudos científicos si
con un buen y cristiano Papa se puede hacer investigación de primera.
En resumen, es absolutamente descorazonador que, mientras
hipotecamos nuestro futuro con estos brutales recortes que están destruyendo no
sólo la ciencia sino también la enseñanza o la sanidad públicas, sigamos financiando
(sin recorte alguno) a una secta de iluminados que siguen pensando que una
paloma extraterrestre fecundó a una virgen judía, la cual después dio a
luz a un zombi que tras resucitar al tercer día debe ser comido por sus
feligreses todos y cada uno de los domingos del año para mantener contento al
padre celestial, el cual a su vez es también el propio hijo sacrificado y por
supuesto también la paloma fecundadora, o algo así. Menudo lio. Y mientras
tanto miles de esforzados científicos se están yendo al paro o a producir al
extranjero y multitud de líneas de investigación que han costado ímprobos
esfuerzos y años de estudio y sacrificio se están abandonando por falta de
recursos. Para llorar.
P.D. a 14/12/2012
Certera definición y
análisis de los recortes de investigación que están destruyendo el tejido
científico español publicado por el humorista Alfons
López en el diario Público.
Bueno, aunque no me gusta nada la iglesia católica lo cierto es que algunas cosas descritas en el Antiguo y el Nuevo testamento pùeden tener una base real, en concreto el tema de la famosa estrella de Belen. Sobre este tema hay diferentes astrónomos que han dado posibles explicaciones basandose en lo descrito en los evangelios y en diferentes fenómenos que se corresponden cronológicamente con el nacimiento de Jesus, como algun cometa descrito por astónomos griegos y romanos, o el de una supernova. No creo que sea tan descabellada una explicación lógica, lo impresentable es que la iglesia católica tarde siglos en reconocer como naturales fenómenos que presentaban como milagros.
ResponderEliminarEn cuanto a la fecha de nacimiento de Jesus ya se sabía desde hace mucho tiempo que nació de 4 a 6 años antes de lo que nos han hecho creer. No me quiero extender pero he escrito algun artículo sobre el tema , para hacer coincidir la cronología histotica es la única posibilidad, la de personajes reales que aparecen en los evangelios como Herodes .
La fecha del 25 de Diciembre como la del nacimiento de Jesus se hizo para ajustarla a las creencias paganas de entonces , pero no tiene ninguna base.
En fin , que en los textos que fueron aceptados por la iglesia católica a partir del concilio de Trento hay muchas cosas que solo son mitos, leyendas , recopilaciones de historias anteriores, y entre todo ello alguna verdad.