Según todos los sondeos electorales publicados hasta la
fecha en EEUU, el actual presidente Barak Obama lleva una clara y aparentemente definitiva ventaja sobre el candidato republicano Mitt Romney en la carrera
presidencial norteamericana hacia la Casa Blanca. Así que algunos de los más
fervientes seguidores de éste último, y feligreses como Romney del mormonismo,
han decidido apostar fuerte y jugar quizás una de sus últimas pero más
poderosas bazas que tienen todavía en su poder. ¿Y puede saberse cuál es ese arma secreta de los republicanos mormones
para dar un vuelco a las encuestas hasta ahora negativas y lograr que la
ciudadanía vote en masa al candidato ultraconservador en noviembre? Pues ya se
lo pueden ir imaginando, actuar como buenos creyentes aborregados. En lugar de
por ejemplo, convencer con argumentos racionales de la bondad del programa
político de Romney (si es que eso es humanamente posible) o de sus cualidades
como líder capacitado para ejercer el máximo poder que en la actualidad un
hombre puede acumular, pues nuestros intrépidos mormones han encontrado una
solución fácil, rápida, barata a la par que cobarde e inmensamente cómoda. Organizar
una jornada de ayuno y oración para que su profeta Joseph Smith y su dios
iluminen al candidato durante los decisivos debates que se van a celebrar
próximamente. Por lo pronto esto demuestra la poca confianza que tienen en la
cualidades de su líder, ya que si es incapaz de ganar a Obama sin la
intervención divina pues ya me contarán ustedes en donde queda el nivel
intelectual del republicano. Como pueden observar el típico comportamiento de
los niños pequeños cuando se enfrentan a cualquier contratiempo, llamar al primo de Zumosol
para que arregle el desaguisado.
Ansioso espero el momento en el que, en medio de un debate
televisado entre los dos candidatos, se abran los cielos y rodeado de ángeles baje
Joseph Smith hasta el plató televisivo para revelar a ateos y ya puestos a
creyentes en todas las falsas religiones (católicos, protestantes, judios,
musulmanes, budistas, hindues, etc) el voto divino. Por cierto, en ese caso las elecciones deberían considerarse
inválidas y anularse los resultados puesto que, quedaría fehacientemente
demostrada la completa disparidad de recursos entre los dos candidatos.
P.D.
Les dejo con el maravilloso momento en el que el ángel
Moroni le hace entrega a Joseph Smith del libro de Mormón confeccionado
nada más y nada menos que con planchas de oro. Se ve que en el cielo no hay
crisis económica.
P.D. a 9/11/2012
Después de la derrota de Romney a pesar de las plegarias de todos los cristianos estadounidenses parece que queda claro que o bien dios no existe o no es republicano. No sé cual de las dos opciones es peor para los creyentes.
Cuanta gilipollez y cretinismo.
ResponderEliminarPolitica y religión, una pésima combinación.
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