Estamos acostumbrados a pensar que las personas que acuden a
los curanderos son personas analfabetas y desesperadas por encontrar remedio a
una enfermedad incurable. Pero este mundo está siempre lleno de sorpresas. Parece
ser que expresidente de Brasil Lula da
Silva además de ser tratado por prestigiosos oncólogos para luchar contra
su cáncer de laringe, también
acudió a un famoso curandero brasileño para “sanar su alma”. Vamos imagino
a Lula jugando todas las opciones por si acaso. ¿Y a que curandero fue el
exmandatario brasileño? Pues parece ser que al chamán con mayor poder de todo Brasil.
Un individuo al que dios le concedió ya hace varias décadas tales poderes que
es capaz de tratar a mil personas diariamente a los que cura de cualquier
enfermedad: ceguera, cáncer, paraplejias operándolos sin anestesia y en vivo tal
y como se muestra en el siguiente video:
Y aquí en España los médicos de la sanidad pública mientras
tanto, quejándose porque sólo tienen unos pocos minutos por paciente. Para que
tanta carrera de medicina, especialización vía MIR y
estudios si un individuo analfabeto tocado por la gracia de dios puede curar
cualquier enfermedad de forma inmediata. Deberíamos abandonar la medicina atea
y enviar a todos nuestros enfermos a Joao de Deus. Nos saldría más barato y así
además ahorraríamos una millonada en sanidad y de paso controlábamos en déficit
presupuestario que buena falta nos hace en esta época de crisis. Si es que con
la religión todos son ventajas. Bueno a lo mejor volvíamos a recuperar la esperanza
de vida de la edad media en donde todo el mundo era creyente, miles de
sanadores curaban a las masas enfervorecidas en todo el orbe cristiano, se
obraban milagros a tutiplén pero al final los cristianos morían como moscas de
cualquier simple infección. Pero eso sí cristianamente atendidos.
Además parece ser que nuestro milagroso sanador ha curado también
a otras personalidades brasileñas entre las que se encuentra un senador, un
gobernador y hasta un exministro de defensa. Lo dicho fuera medicina y más
milagros.
Al parecer (aparte de las milagrosas curaciones) otro
milagro de este sanador ha consistido en convertir la pequeña localidad en la
que vive en un foco de atracción turística sanitaria pues llegan enfermos de
todo el mundo en busca de curación. Vamos ríanse ustedes de las clínicas especializadas
de Suiza y sus carísimos tratamientos.
En resumen, la superstición anida muy profundamente en los
cerebros de millones de personas y aun cuando lleguen a desempeñar los más
altos cargos muchos sin incapaces de abandonar estas enfermizas y absurdas
creencias.
Luego algunos se extrañan por qué esta sociedad está tan idiotizada. La sociedad la forman los individuos, y si hay un montón con supercherías, horóscopos, curanderos, religiones, ... pues así somos.
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