Diversas web católicas han hecho
referencia a un estudio
científico en el que se estudiaba la posible relación entre fe religiosa y felicidad.
Y en él parece concluirse que las personas religiosas son más felices que las
no religiosas. He buscado el artículo original y lo he encontrado en la web
de la Universidad de Navarra. El artículo está firmado por un profesor de la
facultad de economía y no se especifica en que revista ha sido publicado.
Indagando, el artículo aparece en el CV
del mencionado profesor en su propia web pero redirige no a una revista
científica sino a un
artículo de una web llamada MercatorNet que aunque
intenta no definirse claramente sí que indica que está en contra del
relativismo, el cientifismo y el materialismo. ¿Les va sonando de algo? Un
profesor de la Universidad del Opus Dei escribe un trabajo que no publica en
ninguna revista científica y que es rápidamente publicitado como un estudio
científico en el que relaciona religiosidad y felicidad. ¿No les parece algo
sospechoso? Lo primero es que si no está publicado, hablar de estudio
científico es (cuando menos y por decirlo de forma diplomática) prematuro. Lo
segundo es que en ciencia lo primero es la imparcialidad y para evitar abusos y
sesgos más o menos intencionados todo trabajo científico pasa un escrutinio en
el que los autores deben declarar los denominados “conflictos de
intereses”. Ello consiste en obligar a los autores de los trabajos de
investigación a explicitar en sus informes todo vínculo que pudieran
mantener con cualquier entidad interesada o beneficiada de cualquier manera por
el estudio en cuestión. Un caso normal es que si un investigador presenta un
estudio en el que demuestra que una determinada sustancia actúa como
medicamento contra una enfermedad deberá indicar si este trabajo ha sido
financiado o ha estado sujeto a cualquier tipo de control por parte de una
empresa interesada en la comercialización del producto. Ello en principio no
demuestra mala praxis científica pero pone en contexto los datos presentados
hasta que otros investigadores confirmen los resultados y sirve de control.
Pues bien, conozco pocos casos más evidentes de conflicto de intereses que el
tratado en esta columna. El investigador recibe su salario de una entidad directamente
beneficiada por el estudio que para más inri no ha sido publicado y por tanto
sujeto a los controles de calidad habituales en las revistas científicas. Sospechoso
a más no poder.
Pero bueno, entremos en el propio
estudio. Lo primero es que presentan una tabla comparando por países los datos
de felicidad frente a diversos parámetros religiosos. He sacado directamente la
tabla del estudio y simplemente he ordenado los países por grado de felicidad
para que la comparación sea más sencilla:
Como se puede observar no parece
que exista correlación alguna entre estos parámetros religiosos y el grado de
felicidad ya que tanto entre los países más felices como entre los más
infelices aparecen diversos grados de religiosidad. Pero para estar seguros de
esta falta de correlación lo mejor es comparar una a una las variables en gráficas
de este tipo. Únicamente volver a recordar que sólo he representado los
datos de la tabla de dos en dos sin añadir
o quitar nada:
Como se observa en todos los
casos los datos se agrupan en forma de nube aleatoria sin ninguna correlación
directa o inversa entre las diversas variables confirmando la apreciación inicial
de falta de relación. Después pasan a
diseccionar el grado de felicidad frente a cada religión en la siguiente tabla
Y sorprendentemente concluyen que
"Protestants, other Christian religions and Roman Catholics report higher happiness levels whereas Orthodox and Eastern religions report the lowest."
¿Eh??? En una escala de 10 que la
diferencia entre los más felices y los menos sea de alrededor de un punto es prácticamente
despreciable. Si para los autores, los protestantes (7,83) y los católicos
(7,2) son altamente felices decir que los ortodoxos (6,28) y los practicantes
en religiones orientales (7,52) tiene menor grado de felicidad me recuerda al
viejo y famoso chiste del oeste en el que un soldado de un fuerte
norteamericano le pregunta a otro al ver venir a un numeroso grupo de
indios que cuantos cree que son, a lo que el segundo soldado le responde: 1003.
Sorprendido el primer soldado, le pregunta por tamaña exactitud en su apreciación. Y el segundo soldado ni corto ni perezoso le explica
con desparpajo “pues muy fácil, ves esos tres indios que vienen primero pues si
los sumas a los mil que viene por detrás verás que hacen un total de 1003”.
Pues eso mismo parece que le ha pasado a nuestro insigne economista. Por
supuesto como son de una universidad del Opus, no cometan que según sus
criterios los no creyentes (7,27) son tanto o más felices que los católicos.
Pero claro eso sería anatema y motivo de inmediata expulsión del paraíso
católico navarro.
Más estrechas e insignificantes
son las supuestas diferencias cuando comparan el grado de religiosidad con la
felicidad declarada ya que oscilan en valores de dos décimas y los muy (7,28) y
los nada religiosos (7,24) muestran prácticamente el mismo valor.
Igualmente cuando comparan grado
de felicidad y asistencia a actos religiosos las diferencias si es que existen,
son marginales
Y finalmente lo mismo cuando se
estudia la frecuencia en el rezo, siendo aquí los más felices los que nunca o
casi nunca rezan
En resumen, todo esto es una muestra
de tergiversación interesada y descarada manipulación de unos resultados absolutamente
inconclusivos y que definen claramente el rigor intelectual de los autores, la
universidad católica que los contrata y los medios de propaganda afines que difunden
sus falsedades haciéndolas pasar por un estudio científico riguroso.
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