Un reciente
artículo en El País desvela lo que todos ya sabemos. Según los datos estadísticos
del gráfico descargado directamente del periódico
España es el noveno país en cuanto a producción científica
global pero que baja al puesto 19 cuando se comparan las citaciones de los
artículos publicados. Así España es un país científicamente mediano. Cosa nada
sorprendente a la luz de los datos objetivos. Sólo los que desconocen la
realidad de la ciencia mundial pueden sentirse defraudados por estos discretos
datos. Un país que gasta históricamente por debajo de la media de los países
desarrollados de su PIB en investigación no puede tener nunca una posición de liderazgo
en ciencia. Tener una buena ciencia implica invertir a largo plazo, la mayoría
si no todos los países que nos superan en el gráfico anterior nos llevan
décadas o incluso siglos (EEUU, Suiza, Alemania, Reino Unido, etc) de ventaja apostando
por la ciencia, invirtiendo en institutos de investigación, contratando buenos
científicos extranjeros cuando carecen de experiencia en un campo determinado
que sirvan de núcleo inicial de desarrollo. En cambio en España ni siquiera
ahora la ciencia se considera prioritaria. Se asigna poco dinero a ciencia y al
llegar la crisis mientras los países que nos superan no han disminuido sus
inversiones en ciencia, en España llevamos dos años de recortes brutales que
nos están haciendo perder muy probablemente lo conseguido en la última década.
Ello es así porque numerosos grupos de investigación que han tardado años en
crearse y empezar a rendir resultados se están quedando sin financiación, lo
que les obliga a su inmediata desaparición perdiéndose la continuidad del
trabajo realizado. Luego cuando dentro de varios años se vuelvan a aumentar los
presupuestos en investigación tendremos que volver a crear esas líneas de
investigación desde prácticamente cero. En resumen en ciencia lo que se
destruye en un año luego se tarda una década en recuperar.
Y todo ello con el agravante que comenté en una entrada
anterior, de que el gasto en ciencia es insignificante dentro de los
presupuestos generales del Estado español. Y aún así se recorta ahora. Es como
si una familia que no llega a fin de mes decide disminuir su compra de leche mensual
pensando que ello va a influir algo en la mejora de su situación económica. El
gasto en leche no suele ser relevante en la economía familiar y el ahorro que
obtendrá será en el mejor de los casos insignificante y mientras tanto dejará
de consumir un alimento completo y necesario cuya carencia o escasez puede
generar a la larga problemas de salud. Algo parecido con lo que ocurre con la
ciencia, los científicos somos muy baratos y visto históricamente cualquier inversión
en nosotros compensa sobradamente a un país.
Sólo los políticos sin visión de futuro y apegados al corto plazo pueden
arriesgarse a ahorrar unos pocos millones de euros en ciencia pensando que están
haciendo un buen negocio mientras ponen en peligro la supervivencia de la
ciencia española.
En un país donde tenemos más curas y frailes pagados con el
dinero de todos que científicos,
médicos
o profesores
universitarios con la carga de irracionalidad, anticiencia, dogmatismo y
sectarismo que eso conlleva, ¿alguien puede pensar objetivamente que los
científicos españoles lo estamos haciendo mal? No recuerdo ninguna declaración
oficial de nuestros dirigentes en los últimos años diciendo que los presupuestos
para los parásitos religiosos en todas sus variantes: IRPF, exenciones
fiscales, ayudas directas a la iglesia católica o a sus colegios concertados,
etc vayan a ser reducidos por la crisis económica. Mientras tanto la sanidad,
la educación y la ciencia públicas son recortadas continuamente en cada consejo
de ministros o en cada reunión de gobierno de las diferentes comunidades
autónomas o ayntamientos. ¿Alguien cree que con peor sanidad, peor educación pública y presupuestos
en investigación más bajos vaya a mejorar la calidad de nuestros centros de
investigación?
Si simplemente se dedicara durante una o dos décadas, el
dinero que se dilapida financiando a la ignorante y retrógrada iglesia católica
española, al fomento de la investigación en España el salto cualitativo de la
ciencia española sería muy probablemente espectacular. Y ello además con la
ventaja añadida de no aumentar ni el gasto ni el déficit público del país. Pero
claro ¿quién osaría aprobar semejante medida? Muy probablemente volveríamos a
tener una nueva guerra civil en ciernes con el apoyo de la jerarquía católica a
una nueva santa cruzada como la de 1936.
más claro, agua...
ResponderEliminarLa "concertación" de los colegios fue invento del PSOE.
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