Diario de un ateo: Proselitismo ateo o cómo pagar a los creyentes con su misma moneda

4 de agosto de 2011

Proselitismo ateo o cómo pagar a los creyentes con su misma moneda

Debido a su poder histórico los creyentes dan siempre por supuesto que todos sus comportamientos son normales y deben ser respetados en todo momento aunque estos resulten molestos u ofensivos para aquellos ciudadanos que no comparten sus particulares y ridículas creencias. Así los ateos debemos mantenernos siempre callados ante cualquier expresión religiosa para no ser rápidamente tachados de radicales o intolerantes.

¿Qué te molesta el tañido de las campanas de la iglesia que da directamente a tu ventana cuando llama a misa de 8 en un domingo cualquiera? Pues te aguantas y no haber trasnochado, con lo musical y relajante que ese celestial sonido. ¿Qué te asquea y te repele año tras año ver una cohorte de nazarenos descalzos, que arrastrando cadenas se fustigan hasta hacerse sangrar siguiendo a una representación de un individuo torturado hasta la muerte en una cruz? Mira que eres inculto, si la Semana Santa de tu pueblo es patrimonio de la humanidad. ¿Que el obispo de turno dice por TV que acabarás irremediablemente en el infierno por toda la eternidad por no creer que un anciano achacoso y senil, ridículamente vestido con sedas y adornado con piedras preciosas, que se apoya en un báculo de oro y dueño de la mayor fortuna jamás conocida es ungido por una paloma sideral que es enviada por un dios humilde y generoso que va a liberar a los pobres y menesterosos del mundo de sus sufrimientos? ¡Hay pecador!, dona todos tus bienes a la santa madre iglesia y reza por la salvación de tu alma inmortal.

¿Pero estos santos creyentes son capaces de predicar con el ejemplo como les enseña su dios y ser tolerantes ante otras creencias o increencias? Un divertido ejemplo es el que se representa en el siguiente video. Un ateo norteamericano harto del continuo acoso de los mormones que siempre aparecen en nuestra puerta cuando estamos descansando un fin de semana en la cama o retrepados en el sofá a la hora de la siesta (parecen empleados de compañías telefónicas) decidió pagarles con la misma moneda y ni corto ni perezoso se fue a Salk Lake City, capital mundial de los mormones. Allí nuestro héroe junto con un amigo, ambos ataviados con el equipamiento básico de predicador a domicilio: camisa blanca, tarjeta con su nombre y armados del libro El origen de las especies de Charles Darwin, se dedicó a llamar puerta por puerta para ofrecer a los mormones la buena nueva de la Teoría de la Evolución. Como se puede observar en el video no todos se toman con caridad cristiana esta interrupción en sus vidas para denigrar sus creencias.