Estamos acostumbrados a que fundamentalistas islámicos perpetren todo tipo de atentados terroristas en nombre de Alá y la pureza del Islam. Pero por supuesto eso sólo ocurría en un caldo de cultivo de una religión rigorista, intolerante y fanática como es el Islam y nuestros devotos cristianos siempre comentan que el mensaje de Cristo es de paz, amor y bondad. Olvidan la larga trayectoria de crimen y horror perpetrados por los cristianos en nombre de su dios. Ellos siempre alegan que si así ha sido ya es cosa del pasado que no conviene remover. Borran de su memoria los apoyos de la iglesia católica a las feroces y sanguinarias dictaduras del cono sur que llenaron de muertos, desaparecidos y torturados toda Sudamérica hace tan solo unas décadas. Pero años de intolerancia, de discursos racistas y xenófobos, de promover su sesgada y absurda visión de la vida sobre mentes débiles y su siempre connivencia con el ideario filofascista en toda Europa llevan inevitablemente a que un caballero cristiano como el noruego Anders Behring (sí, un blanco rubio hijo de un diplomático y habitante de la rica y educada Europa) asuma su destino divino y provoque una terrorífica masacre.
Sólo hay que leer sus comentarios ignorantes, discriminadores, intolerantes, xenófobos y llenos de fanatismo religioso sobre España, el presidente Zapatero y nuestra ministra de Defensa y reconocer sin asomo de duda que parece que está hablando cualquier tertuliano de los nauseabundos medios de comunicación de la ultraderecha católica española: la COPE (cadena de los obispos españoles), Intereconomía, etc, los cuales exhalan todos los días odio, rencor e intolerancia. Pero claro todo ello dicho siempre desde el más profundo amor cristiano.
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