María Dolores de Cospedal, el Corpus y la hipócrita doble vara de medir de la iglesia católica

Parece ser que según el artículo 915 del Derecho Canónico católico “No deben ser admitidos a la sagrada comunión los excomulgados y los que están en entredicho después de la imposición o declaración de la pena, y los que obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave”. Pues bien, como ya nos tiene acostumbrados los prelados de la iglesia católica española esto solo sirve para los divorciados comunes y corrientes porque parece ser que el día de la celebración del Corpus en Toledo la secretaria de PP Dolores de Cospedal recibió de manos del propio arzobispo de Toledo la comunión. Al ser una persona pública y además del PP, partido que defiende los altos valores de la familia cristiana la situación de esta pseudocatólica es de juzgado de guardia. Fue madre soltera y tuvo un hijo mediante fecundación in vitro, actualmente es divorciada y su actual esposo civil también se divorció previamente. Vamos como se puede observar una católica de las de toda la vida a la que sólo le falta hacerse lesbiana para incumplir todos los mandamientos de la moral católica. Y esta señora luego se llena la boca con los valores tradicionales de la familia cristiana. Si es que estos meapilas son los peores pecadores, claro como saben que luego arrepintiéndose en el último momento de su vida asunto arreglado y derechitos al cielo pues no hay problema. Y como es de derechas y afín al nacionalcatolicismo de Rouco pues el arzobispo de Toledo haciendo la vista gorda. Aquí la vemos tan modosita ella saludando a los gerifaltes católicos. Anda bonita que menudas tragaderas tenéis tanto tú como los de los mantos dorados. 

Claro que visto lo que pasó en la boda real entre el príncipe Felipe y la divorciada Letizia, casados por todo lo alto en la catedral de la Almudena pues no pasa nada. La iglesia siguiendo la famosa frase de genial Groucho Marx: "Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros”.