Aleluya, por fin han beatificado a Juan Pablo II. Sus logros, pues aparte de viajar por todo el mundo diseminando una visión antigua, represora, antidemocrática, reprimida y falaz de la vida y las relaciones humanas poco más. Ah, se me olvidaba. Como muy mordaz pero fielmente describe en la siguiente viñeta el humorista Manel Fontdevila, el insigne beato se ha caracterizado por ser uno de los más incansables propagadores de enfermedades como el SIDA. Es una pena que no exista de verdad un dios justo y compasivo porque entonces menuda sorpresa se iba a llevar al descubrir que tiene por delante toda la eternidad en el infierno de los genocidas.
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PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.
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