Como no podía ser de otra forma, los atracones de turrón estas fiestas navideñas conllevan la aparición de comportamientos extraños sobre todo entre los incautos creyentes en seres ultraterrenales. Así el obispo de Córdoba acaba de decir en su homilía del día 26 de diciembre que y cito literalmente “El cardenal Antonelli me comentaba hace pocos días en Zaragoza que la Unesco tiene programado para los próximos 20 años hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual.” ¿Que un alto cargo de la curia vaticana difama a un organismo internacional tan prestigioso como la UNESCO con una soberana idiotez sobre conspiraciones mundiales para convertir en homosexuales a 3000 millones de personas? No pasa nada. Los católicos pueden decir los mayores disparates e insultos posibles sin medida alguna, que por algo son los elegidos por Dios y a nadie se le ocurre querellarse con ellos en un juzgado o ya puestos encerrarles en un manicomio por trastorno mental grave.
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No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.
PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.
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