Con el fin de año se acaba de publicar un estudio sobre creencias en España. El primer dato como no podía ser de otra manera es el aumento gradual año tras año del número de no creyentes (agnósticos y ateos) hasta conformar ya un más que significativo 20% de la población española. Cuando se analizan los datos con respecto a la edad se observa también una esperable disminución del porcentaje de creyentes cuando menor es la edad del encuestado. Así mientras que sólo un 15% de los jóvenes españoles se declara católico practicante la mayoría de los jubilados de este país (el 52%) se declara seguidor del papa romano. Por tanto y la vista de esta pirámide demográfica la tendencia es a una gradual pero inexorable perdida de fe de la población española, de tal forma que dentro de un par de décadas cuando la mayoría de los españoles de más de 60 años hayan fallecido muy probablemente el porcentaje de no creyentes supere a los católicos. En resumen en España el catolicismo es un asunto básicamente geriátrico.
Otro punto importante de estos datos es el análisis sobre las creencias en las que está basado la propia definición de creyente o no creyente y es aquí donde se pueden obtener las conclusiones más interesantes. Así cuando a los distintos encuestados se les pregunta sobre algunos "hechos" de la vida de Jesucristo los ateos como no podía ser de otra forma no creen en su divinidad y sólo ante preguntas posiblemente históricas como si existió como hombre o fue visitado por magos algunos opinan positivamente. En cambio las sorpresas aparecen cuando estas mismas preguntas se realizan a católicos no practicantes. Mas del 30 % de ellos opinan que no resucitó o que no era el hijo de dios. Increíblemente al menos el 17% de los que se consideran católicos practicantes no creen en esos mismos dogmas de su religión. Pues vaya creyentes. Cuando las preguntas se centran en "verdades religiosas" tan importantes como si dios existe, resulta que un asombroso 44% de los católicos no practicantes contestan negativamente. Este porcentaje de no practicantes que niegan afirmaciones fundamentales del catolicismo como que existe el cielo, o los ángeles o el demonio aumenta hasta un extraordinario 75% de ellos. Y finalmente más del 80% de estos particulares católicos niegan el dogma cristiano de la existencia del infierno. Fabuloso, resulta que se puede ser católico no practicante sin creer en dios, milagros, cielo, ángeles, infierno o demonio. ¿Pero entonces que queda del catolicismo? Pues nada de nada, es decir estos individuos son claramente ateos o agnósticos pero o bien por ignorancia, comodidad o miedo al rechazo son incapaces de asumir su condición no religiosa. Pero si es curiosa la actitud atea de los católicos no practicantes, lo verdaderamente sorprendentemente es que el 17% de los católicos de verdad consideran que Jesús no era el hijo de dios y que el 24% de los mismos no creen que naciera de la virgen María. Menudos católicos de pacotilla.
Si las preguntas se realizan sobre la revelación de la palabra de dios en la biblia sólo el 34% de los católicos no practicantes creen en su origen divino. Y ya para arreglar el embrollo el 83% de ellos no creen que el papa sea el representante divino en la tierra. Bueno tampoco el 89% de estos pseudocatólicos piensan que la transubstanciación sea verdadera. Lo dicho, imaginan que siguen siendo católicos aunque sólo conservan el nombre. Algo mejor son las respuesta de los autodenominados católicos practicantes en donde solo el 32% (SOLO!!!) ponen en duda la literalidad de la misa. En conclusión, incluso entre los que se consideran verdaderos católicos el porcentaje de ellos que no entienden nada de su autoproclamada religión es asombrosamente alto. Y luego en nombre de estos absolutos ignorantes, los curas se permiten pontificar sobre moral y privilegios religiosos.
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