Les dejo con unas sabias palabras de Isaac Asimov que deberían estar esculpidas en la entrada de todas las iglesias cristianas para ver si entra algo de razón en las carcomidas mentes de los pobres descerebrados infectados por el virus de la fe.
No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario