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30 de junio de 2015

Exorcismos hasta en el colegio en Argentina



Si ya es absolutamente increíble que a día de hoy algunos de los más ignorantemente dementes miembros del rebaño cristiano se dediquen pública e impunemente a maltratar psicológica (y a veces físicamente) a inocentes enfermos mentales con sus prehistóricos ritos de endemoniados, cuando el daño se hace a un niño y encima en la escuela con la aquiescencia del profesorado, esta terrible situación debería acabar con la detención preventiva inmediata de todos los implicados.


Así que prepárense para alucinar con el relato del demente sacerdote

“La directora de la Escuela 54 me llamó porque tenía un caso muy serio. Un chico que alarmaba a todo el curso. Me encuentro con el chico que estaba en el recreo, arrastrándose por el suelo en cuatro patas. Me miró. Pasó de largo"

¿Cómo? ¿La directora de un colegio llama a un cura porque había un niño arrastrándose por el suelo del patio del recreo? Como pueden observar, una posesión demoniaca de libro con un comportamiento similar al que realizan millones de niños en el mundo ¡Dios mío, estamos rodedos por los secuaces de Satán por todas las partes! Pero sigamos con el relato del imbécil sotanado:

“Hice la oración de liberación y cuando fui a tomar el agua bendita, el chico se levantó, tiró una silla, se fue y empezó a gritar. Y yo le empecé a tirar agua bendita: lo bañé de arriba abajo”

Y lo peor de todo es que todo el proceso ocurrió en la patio del colegio ante la atónita mirada del resto de chavales y ante la infame pasividad de los profesores que no hicieron nada para detener al demente curita y terminar con esta humillante representación medieval.



"Una animalada de la edad media que atenta contra la laicidad y las leyes de salud mental. Aquí no se respetó el derecho a la intimidad porque la escuela no tiene potestades para hacer este tipo de cosas"
Y el supervisor muy adecuadamente recalca que esta situación

"puede generar en algún trauma en sus compañeros y ni qué hablar del niño exorcizado, que de hecho queda estigmatizado y señalado como el endemoniado"

Ahora solo falta que las autoridades educativas y sanitarias hagan caer sobre todos los responsables: directora, profesores y exorcista el peso de la ley para que hechos tan vergonzantes y terribles no vuelva a suceder nunca.


Aunque no se crean que este ha sido un caso aislado sino que más bien parece la norma, puesto que en la Argentina un demente obispo luterano se vanagloria catetamente de haber practicado más de 1.200 exorcismos y mientras tanto los médicos y sus respectivas asociaciones de profesionales de la psiquiatría, junto con las autoridades sanitarias y judiciales sin cumplir con sus respectivas responsabilidades. Un individuo que aunque ha sido recibido por las más altas jerarquías civiles y religiosas del país está más loco que una cabra puesto que afirma fanaticamente que 
"Me subí a mi coche, me senté, y antes de poner la llave en el contacto se cerraron las puertas, se encendían y apagaban las luces y comenzó a tocar la bocina"
y así supo que estaba envuelto de por vida en una "batalla" contra la "oscuridad" de la que "uno no puede desertar".


No me digan que no es para que este demente esté recibiendo tratamiento psiquiátrico en un penal penitenciario. Pues no, no solo no está medicado y con camisa de fuerza sino que como afirma en su libro dirige un equipo de "médicos" y "psicólogos" para determinar si una persona debe ser o no exorcizada ¡Pero en manos de quien está la psiquiatría y la sanidad argentinas! 

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