Si hay algo que hay que reconocer al PP es su infinita
capacidad para superarse dentro de su
podredumbre moral. Y el ejemplo más evidente es el Ayuntamiento de Alicante.
En esta bella ciudad mediterránea el PP lleva gobernando la
ciudad nada más y nada menos que desde el ya lejano año 1995. Así se han
sucedido 3 alcaldes a cual más ladrón y corrupto: primero fue Diaz Alperi, que
tuvo que dimitir acosado por su
implicación en diversos casos de corrupción. Fue sustituido por la
también delincuente Sonia Castedo. Y
por supuesto el reciente alcalde que todavía no ha tomado posesión, está también
imputado por prevaricación.
Esta sí que es la marca de la casa, corrupto tras corrupto,
hasta el infinito y más allá. Y mientras tanto nuestro vergonzante presidentedel gobierno pontificando sobre ética y regeneración democrática. ¡Asco de
país!
P.D.
P.D.
Y mientras tanto en Valencia, el otro pozo hediondo de la corrupción del PP resulta que no hace falta prevenir la corrupción. Claro que sí, con un par. En Valencia no hay corrupción, ni
naranjas ni tiene mar.
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