Y ese deseo únicamente demuestra la perversa mentalidad psicopática de los creyentes. Y aunque los dementes seguidores del nazareno milagrero afirman día sí y día también que ese apocalíptico final está a la vuelta de la esquina, solo la ciencia tiene una respuesta certera: tendrán que tener paciencia puesto que el fin de nuestro planeta ocurrirá dentro de unos inimaginables 7.600 millones de años, cuando el Sol haya consumido todo el hidrógeno disponible y entre en fase de gigante roja, expandiéndose tanto que volatizará todos los planetas interiores incluida nuestra pequeña roca nativa. Así que imaginen cuanto tendrán que esperar esos piadosos descerebrados para que se cumpla la mayor profecía del cristianismo.
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