Y claro, cuando nadie puede nunca objetar nada a los sagrados (pero totalmente disparatados y más que patéticos dogmas religiosos) es entonces cuando y donde los fundamentalistas, los dementes y los criminales pueden encontrar su caldo de cultivo, adoctrinando mentes tanto infantiles como de adultos para que luego un tiempo después un iluminado se reviente en medio de una plaza, otro demente asesine a mujeres adúlteras o a pervertidos homosexuales o incluso organice una cadena de atentados masiva en nombre de su “sagrada” pero más delirantemente criminal deidad. Y luego viene la "sorpresa" y la justificación de que esos "locos" no son verdaderos creyentes cuando en realidad son los más certeros seguidores de deidades claramente psicopáticas.
Porque si esos miles de millones de estúpidos borregos del siempre piadoso rebaño religioso que dan cobertura intelectual y muchas veces colaboración a los fanáticos entendieran la demente estulticia de sus creencias, entonces no habría hueco alguno para que ningún demente pensara en llevar a cabo la “labor del señor” y todos estaríamos más tranquilos y sobre todo mucho más seguros.
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