Habitamos un minúsculo planeta, escondido en un rincón
perdido de una galaxia del montón u perteneciente a un Universo prácticamente
infinito tanto en el espacio como en el tiempo. Y sin embargo los creyentes,
con manifiesta arrogancia y sin ningún decoro intelectual siguen intentando engañar
a los más simples de mente con esa fantástica y totalmente errónea afirmación
de que todo ello fue diseñado por la deidad para nuestro uso y disfrute ¡que
insolencia!
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