Según la RAE “libertad” es el “Estado o condición de quien no es esclavo”, sin embargo los seguidores de Ronald Reagan y Margaret Thatcher con esos Ayusos, Bolsonaros, Mileis y Trumps a la cabeza han conseguido un verdadero milagro: dar la vuelta al significado de la palabra para que los esclavos defiendan la opresión.
Así, en la actual neolengua orwelliana del mundo neoliberal “libertad” es promulgar leyes para acabar con los derechos laborales de los trabajadores y atacar (cuando no destruir) a los sindicatos para que los empresarios pueden hacer y deshacera su antojo, obligando a los trabajadores a aceptar condiciones de miseria. Y si eso no es suficiente, aplicar la represión más salvaje para proteger la sagrada “libre empresa”.
Para estos neodictadores “libertad” es también destruir la educación y la sanidad públicas para que solo aquellos que tengan dinero suficiente puedan enviar a sus hijos a la universidad o curarse el cáncer, porque ya lo dijo Milei: si necesitas un trasplante, paga por ello y si no j….
“Libertad” es también el derecho “inalienable” que tienen
las empresas para contaminar sin cortapisa alguna la tierra, el aire y el agua o
para adulterar los alimentos, ya que los controles medioambientales o
sanitarios son parte de la dictadura “woke”. El que luego la gente enferme o
incluso muera es un simple efecto secundario sin importancia alguna dentro del paraíso
neoliberal.
Por supuesto también es libertad permitir todo tipo de “ingeniería” financiera para que multimillonarios y multinacionales puedan evadir impuestos y así “crear riqueza”. Y esta libertad incluye también la obligación de rescatar con el dinero que ese despreciado estado obtiene con los impuestos de los ciudadanos a corporaciones y grandes fortunas cuando sus juegos de casino bursátiles salgan mal.
Libertad es también insultar, humillar, perseguir y acosar tanto en el mundo real como en medios de comunicación y en internet (y si es necesario también encarcelar) a cualquiera que no esté de acuerdo con las “libertades” anteriormente citadas, mientras se protege y ensalza a acosadores, maltratadores, machistas, homófobos y fascistas, gentes de bien todas ellas que no podrán ser nunca cuestionados y mucho menos perseguidos judicialmente.
Y todo ello con el beneplácito de una ciudadanía aborregada que vota con ilusión y una bandera de la patria en alto en contra de sus intereses y de su propia vida.
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