Pero únicamente hay que ir a la fuente original (como siempre hacemos los científicos para comprobar la veracidad de un hecho) para descubrir ¡sin asombro alguno, puesto que está a la vista de todo aquel con una mínima capacidad de raciocinio! que el supuesto dios omnisciente judeocristiano es falible como cualquier hijo de vecino, que diría mi abuela castellana.
Así, en el más que conocido y triste episodio de Noé, un dios criminal y genocida hasta la médula decide exterminar a toda la especie humana por los “pecados” de algunos ¡toma justicia de la buena!.
Y luego, como era de prever, se da cuenta
de que ha asesinado a millones de inocentes y entonces le cuenta al líder de la
única familia superviviente que no volverá a repetir ese monstruoso crimen de
matar a inocentes por la “culpa” de sus padres.
Les dejo con el divertido relato de Julia Sweeney sobre este espinoso tema para los adocenados cristianos.
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