Aunque la gran mayoría de los seres humanos opinan (iletradamente porque no hay prueba alguna por cierto) que ese más que inmenso y casi infinito Universo que nos está desvelando la Ciencia ha sido creado únicamente para disfrute y solaz de unos monos bípedos con poco pelo y un ego más que desmesurado, la cruda realidad es que nuestro planeta es una simple mota de polvo errante en un vacío inconmensurable y que toda nuestra existencia y nuestra historia equivale en realidad a menos de una insignificante fracción de un breve suspiro cósmico.
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