Aunque los pobres religiosos sean incapaces de comprender la realidad, en la práctica hay poca diferencia conceptual entre un ateo
y un creyente: ya que ambos han rechazado por una aplastante lógica filosófica y en
base a la absoluta inexistencia de pruebas consistentes a miles y miles de
dioses inventados por las más diversas culturas humanas.
Simplemente, con el
siempre acertado Michael Shermer indica algunos vamos un dios más allá.
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