Una vez que el cerebro ha sido carcomido por el virus de la fe con esas delirantes estupideces pergeñadas por profetas circuncisos de la Edad del Bronce sobre serpientes parlantes, humanos de barro, judías adúlteras adictas a la zoofilia y demás hace mucho más sencillo tragarse otras sandeces de nuevo cuño.
Y así, como muy certeramente indica el siempre incisivo Bill Maher en el siguiente video el fanatismo cristiano se ha asociado al conspiracionismo de QAnon que dicta que las estrellas de Hollywood, políticos del partido demócrata y funcionarios de alto rango participan en una red internacional de tráfico sexual de niños, de los que a veces se beben su sangre y que Trump les perseguía para prevenir un contubernio judeomasónico orquestado por Barack Obama, Hillary Clinton y George Soros.
En resumen, imbéciles cristianos y conspiranoicos todo en uno.
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