Una de las más estúpidas sandeces en las que creen los pobres religiosos en su más que limitado raciocinio es esa que afirma que un ser omnisciente y omnímodo, capaz de crear billones de galaxias luego se dedica a escrutar rijosamente las intimidades de alcoba de unos imperfectos primates a los que dotó de una sexualidad rebosante. ¿Pero qué esperaba esta mente pensante que haríamos con nuestros genitales?
No hay comentarios:
Publicar un comentario