Aunque los creyentes, en su completa ignorancia, afirmar sin pudor intelectual ninguno que sin dios todo está permitido y que el hombre se convertiría en una bestia descontrolada, la realidad que de la argumentación religiosa se extrae es que, tal y como muy bien indica Isaac Asimov en el siguiente video, es éticamente abominable comportarse bien sólo para recibir una recompensa y esquivar un castigo eterno.
Y sin embargo, es muy probable que incluso con la prometida
recompensa celestial no exista creyente alguno que no haya pecado de la manera
más mortal, sabiendo además que tienen sobre sus cabezas la terrible espada de
Damocles infernal. ¡Todo un misterio de la psicología humana!
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