Aunque la iglesia católica lleva milenios pregonando (mentirosamente por cierto) un infinito número de milagros, la terca y sucia realidad es que dentro de esta infame organización solo se ha producido un único y verdadero milagro de una naturaleza tan nauseabunda que debería indignar a cualquier persona con una mínima moral, algo por supuesto de lo que carecen en el adocenado rebaño de los seguidores del Vaticano.
Porque ese milagro consiste, tal y como muy sarcásticamente muestra el humorista Bill Burr en el siguiente video
que siga habiendo millones de descerebrados seguidores después de que se haya conocido que miles y miles de asquerosos curas se hayan dedicado durante décadas (y muy probablemente siglos) a abusar y a violar a cientos de miles de desprotegidos niños por todo el orbe cristiano.
Y es por tanto un verdadero milagro que esta secta de
depravados pederastas no esté clausurada y perseguida en todo el mundo y sus
dirigentes no se encuentren encerrados de por vida por cometer de manera casi
industrial uno de los peores delitos que puedan cometer monstruos con forma
humana.
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