Para desenmascarar la monumental estafa consistente en vender azucarillos como si fueran todo tipo de medicamentos no hace falta desarrollar elaborados argumentos ni realizar complejos y costosos ensayos clínicos, ni siquiera metaanálisis estadístico ninguno: con un simple en ejemplo en vivo y en directo es suficiente.
Pero este tipo de demostraciones no servirán para nada porque los iluminados de la secta homeopática son inmunes a los hechos y a las pruebas y seguirán aborregados pagando 20 o 30 euros por un par de docenas de caramelitos azucarados cuando en cualquier kiosko de chucherías podrían comprarlos por 2 o 3 de euros y con el mismo resultado terapeútico: nada de nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario