El siempre incisivamente racionalista Lawrence Krauss expone cruda y más que certeramente la realidad. Lejos de ser las mascotas predilectas de Alá, Zeus, Ganesha, Viracocha o Iahvé somos algo mucho más interesante: somos polvo de estrellas.
No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.
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