Millones de literalistas bíblicos estadounidenses rechazan enérgicamente la más que atea Teoría de la Evolución, para dedicar sus vidas a humillarse egoístamente ante su supuesto creador. Sin embargo excepto los miembros de algunas más que minoritarias variantes fundamentalistas cuando enferman, acuden raudos a esa medicina científica atea en busca de antibióticos o vacunas, perfectos ejemplos de la certeza evolutiva para en un más que herético comportamiento intentar torcer esos incognoscibles designios de su Dios que los hubiera llevado a una muerte segura. Por lo que al final es más que seguro que enfadarán a ese diosecillo del desierto siempre ávido de sangre y compartirán con musulmanes, budistas y demás seguidores de "erróneas" creencias, al igual que los ateos ese tan cruel lugar de horror infernal que fue ideado por un ente al que consideran benevolente.
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