Está más que demostrado que la religión es la forma institucionalizada de locura pero aun así no puede dejar de sorprender la suicida forma de “pensar” de los semideficientes mentales infectados por el virus de la fe.
En Zambia, uno de esos pastores fundamentalistas que tanto abundan por el orbe cristiano decidió en su patética locura imitar la supuesta resurrección del nazareno demente y convenció a sus feligreses para que le enterraran vivo atándole las manos y para que volvieran tres días después para desenterrarlo y observar en vivo y en directo el “milagro” porque nuestro demente protagonista se tomó al pie de la letra eso de “hagan esto en memoria mía”.
Por supuesto, cuando los fervientes creyentes volvieron al tercer día simplemente se encontraron su patético cadáver. Pero aun así, incluso ante el evidente suicidio del profeta demente, algunos de sus seguidores intentaron revivirlo mediante “ejercicios espirituales” que funcionaron lo mismo que el agua bendita.
Ahora la
policía busca a los tres imbéciles que ayudaron al estúpido profeta a
suicidarse sin saberlo, mientras su esposa embarazada acaba de darse con la
dura realidad de que su marido era únicamente un pobre demente más que no aportó nada útil durante su patética vida y cuya verdadera realidad ahora es servir de alimento a gusanos y demás necrófagos, porque eso de la otra vida es un cuento chino de escándalo.
P.D:
Gracias a Odiseo por el link de la noticia.
Por favor, no sean así... los gusanos también tienen que comer
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