Fanáticos protestantes, de esos que creen literalmente en un libro escrito por analfabetos de la Edad de Bronce no sólo van a las remotas selvas amazónicas a contaminar los cuerpos y las mentes de los indígenas, sino que ahora también llevan toda su peligrosa ideología antivacunas.
Los misioneros protestantes en Brasil van a conseguir rizar el rizo de la más peligrosa ignorancia: como occidentales que son, pueden llevar enfermedades desconocidas para los aborígenes que viven en remotos parajes selváticos. Pero además como son antivacunas están convenciendo a esos pobres individuos que las vacunas son malas y ateas, por lo que además de llevar el coronavirus conseguirán que este termine con poblaciones que por estar aisladas no tienen defensa alguna para las enfermedades del mundo moderno.
Es una lástima que historias como la de John Allen Chau sean tan aisladas... pero, aisladamante siguen ocurriendo. ¡Ay, Albert Einstein, Hasta donde llegará la estupidez humana!
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