El cardenal Cañizares, célebre demente vestido de carnaval, ha vuelto a mostrar en todo su esplendor la estulticia católica al decir que
“La ciencia y la técnica no son suficientes y la verdadera esperanza ante la pandemia solo puede venir de Dios.”
Pues apañados vamos si tenemos que confiar en ese diosecillo
egomaniaco capaz de realizar los mayores genocidios en cuanto sus “adorados”
siervos no cumplían a rajatabla sus por otra parte estúpidos dictados de no
comer carne de gorrino o practicar el sexo por el agujero equivocado.
Y ya desatado en su más que evidente delirio psiquiátrico ha
continuado
"Sólo la fuerza de Dios y de su amor, que apuesta por el hombre, es la que nos hará superar la pandemia. Hay que fiarse totalmente de Dios, que no nos deja nunca en la estacada, y hacer lo que Él nos dice, como nos indica María.”
Lo dicho anteriormente, se necesita con urgencia un psiquiatra
de guardia que medique de una vez por todas a un anciano senil que parlotea con
entidades inexistentes fruto del delirio de profetas dementes.
Pues nada, en el próximo confinamiento, que a este paso lo habrá, que se vaya de voluntario a la UCI de cualquier hospital con infectados del SARS-Cov-2 sin el preceptivo EPI. Ahí me gustaría ver a su diosecillo repartiendo gracia divina.
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