Francis Collins se ha abonado al dios de los huecos

Está más que demostrado que la Religión lleva varios siglos (esos mismos en los que la Ciencia ha ido desplegando su cada vez más aplastante poder explicativo) en un retroceso continuo, en el que ha ido abandonando trinchera tras trinchera, a medida que infinidad de "explicaciones" religiosas no sólo han sido refutadas, sino que han quedado como simples delirios de mentes infantiles cuando no profundamente enfermas. Y así, cualquier creyente con una mínima decencia intelectual sólo tiene un "argumento" (pobre y cada vez más insignificante) al que agarrarse, como un clavo ardiendo, mientras observa que uno a uno de los torreones de la mitología van siendo derruidos hasta sus más débiles cimientos: el ya viejo y penoso "Dios de los huecos".

En un mundo en el que no pasa un día en el que un fenómeno natural sea explicado por esa legión de investigadores que se dedican a desentrañar la realidad en todas sus variantes pocas, por no decir prácticamente ninguna de las "explicaciones" religiosas (que durante milenios han sido veneradas como un profundo conocimiento simplemente por haber sido incluidas en viejos y mohosos libros que únicamente conforman un compendio absurdo de las invenciones y delirios de antiguos profetas con evidentes signos de enfermedad mental) quedan en la actualidad en pie.

Todos esos estúpidos cuentos sobre caparazones de tortuga gigantes que sostienen a la Tierra, trozos de barro convertidos en seres humanos, la "leyenda de los cinco soles" o el resto de mitos que intentaron en algún momento explicar el origen del mundo de cualquier cultura antigua han sido barridos por los innumerables descubrimientos en Astrofísica, Cosmología o Biología llevados a cabo en los últimos doscientos años. 

Así que a día de hoy el creyente con un resto de raciocinio no tiene prácticamente nada a lo que agarrarse para mantener a la deidad o deidades de su gusto en sus oraciones salvo ese (todavía no explicado, pero dejen tiempo a la Ciencia) momento primigenio del Big Bang que dio origen a nuestro actual Universo.

Y así lo acaba de reconocer Francis Collins, quizás el máximo exponente de esa cada vez más rara especie de científico religiosos, en una reciente entrevista. El periodista le interroga sobre su punto de vista sobre la estéril y absurda disquisición sobre creacionismo / diseño inteligente y biología evolutiva y como no puede abjurar de todo lo aprendido a lo largo de su formación académica y sus largos años como investigador de prestigio pues tiene que sacarse de la chistera al ya agonizante conejo del dios de los huecos con este simplista "argumento":

"El conflicto crónico entre la ciencia y la fe ahora es particularmente evidente en esta área de orígenes, y me preocupa mucho ver cómo esto está separando a las personas e incluso haciendo que los jóvenes se alejen de la fe. Como científico que estudia los detalles de los seres vivos, incluido su registro digital de la herencia pasada [ADN], puedo decirle que la relación evolutiva de todos los seres vivos, incluidos los humanos, es absolutamente convincente. Algunos dicen que la evolución es "solo una teoría", pero esta teoría está tan bien establecida como la gravedad. Como creyente en un Dios Creador, creo que todo esto tiene mucho sentido: Dios comenzó el universo hace 14 mil millones de años con materia, energía y un conjunto de leyes naturales que finalmente darían lugar a criaturas sensibles en un pequeño planeta azul. Como el Creador no está limitado en el espacio o el tiempo, el resultado fue conocido todo el tiempo por Dios. Eso no significa que no tengamos libre albedrío, ciertamente lo tenemos. Y podemos elegir buscar a Dios o correr para otro lado."

Así que ya ven, dios puso a rodar el Universo hace 14 mil millones de años y luego se dedicó a otros asuntos, porque en el resto del tiempo no tiene ya cabida alguna.