Una de las mayores incongruencias de cristianismo consiste en la absurda creencia que todos esos pecadores, seguidores de Satanás y demás demonios, son castigados por toda la eternidad en el infierno siguiendo las directrices divinas.
Porque si Dios y el Maligno son archienemigos, ¿a qué viene esa estupidez de que Satanás va a cumplir con los dictados del Juicio Final? ¿No sería mucho más lógico que los malvados fueran recompensados en el Infierno?
Pues bien, para desmontar toda esta absurda teología del pecado y el castigo eterno no hace falta nada de sesudos debates teológicos, ya que con un poco de humor basta y sobra.
jajaja muy bueno y lógico!!!!
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