La religión es quizás la mejor
forma de conseguir que una persona en principio normal se comporte como un
lunático suicida.
Y el mejor ejemplo son esos predicadores del profundo Sur de
EEUU que demuestran su ignorante fe jugando, muchas veces de manera suicida,
con serpientes venenosas.
Manipular un reptil venenoso para luego decir que aceptan la voluntad de dios.
ResponderEliminar¡Sorprendente!