Un extracto del documental "Campamento Jesús" en
donde se muestra cómo la religión es quizás una de las más tenebrosas formas de
abuso infantil.
Si ya has tratado en tu blog el tema de cualquiera de los artículos que lees aquí, te animo a dejar en la sección de comentarios un enlace o URL que nos lleve hacia él, siempre y cuando no sea para hacer proselitismo de la superstición en cualquiera de sus variantes. Todos ganamos con el intercambio fomentando la discusión racional.
No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.
PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.
Hoy iba caminando tranquilo por la calle, y un pensamiento me asaltó. Siempre decimos "no creemos en dios (en ninguno de los 2700)", cuando en realidad debemos decir "sabemos que no existe dios".
ResponderEliminarMás correcto sería decir que no tenemos evidencias de la existencia de ningún dios...
ResponderEliminarPor los más diversos campos: psicología, antropología, neurociencia, psiquiatría, etc. tenemos incontestables evidencias de que la idea de la divinidad es un simple artefacto evolutivo de nuestro cerebro.
ResponderEliminarClaro, para creer en Dios hace falta tener fe, no pensar con la razón
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