Que en pleno siglo XXI, en un país civilizado en donde todo
el conocimiento está accesible en un par de clics de ratón para cualquier
cibernauta mínimamente despierto, que unos padres dejen morir a su recién nacido
porque sólo confían en el poder "omnímodo" de su patético diosecillo
debería ser motivo de reflexión.
Una pareja de muy piadosos estadounidenses, de esos que por
suerte sólo abundan en los siempre particulares EEUU de Norteamérica o en los
desiertos arábigos, decide que para qué acudir al médico si el bebé que acaba
de nacer de manera prematura en su casa enferma, si por el contrario tiene a su
servicio la siempre poderosa ayuda de rezar a una zarza ardiente, que además de
rijosa es más que egomaníaca. Y así cuando el bebé empeora, lejos de llevarlo a
un hospital se llama a toda la congregación de semideficientes mentales, con
los que día tras día acuden al templo para mostrar su más que manifiesta imbecilidad,
para rogar que por arte de birlibirloque se produzca el milagro de la curación
del niño.
Y a pesar de que todo el rebaño rezó y rezó con ahínco
durante días, el recien nacido acabó muriendo. Ahora un juez de Oregón les ha
condenado a seis años de cárcel por lo que únicamente puede considerarse un
asesinato por estupidez.
Y lo peor de todo es que la hermana de la idiotizada madre también
fue condenada hace unos años por otro hecho similar, cuando dejó morir también
a su pequeño cuando enfermó por seguir esa estúpida y criminal creencia de que
por ponerse de rodillas y apretar mucho las manos se solucionan los
problemas.
A la vista de estos
y otros casos similares ocurridos en la misma congregación de estúpidos
mentales lo más razonable sería ingresar a todos y cada uno de los miembros (empezando
por el pastor que, valga la redundancia, les pastorea en la idiocia) en un
centro psiquiátrico para desprogramarles y que así bajo tutela médica reciban
no sólo los tratamientos adecuados, sino que no puedan dañar a sus más que
inocentes criaturas, que ya bastante tienen por compartir genes con tamaña
caterva de estúpidos adocenados.
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