Es evidente que en general el ser humano tiende a tener un
conjunto de pensamientos más o menos compatibles entre sí. Y es por ello que un
tipo de irracionalidad es simplemente la muestra que sobresale de un
comportamiento subyacente más profundo.
Y esto es lo que acaban de demostrar unos investigadores con
el tema de las famosas y más que peligrosas pseudomedicinas. Estudiando las opiniones de
varios miles de australianos, los científicos de la Universidad de Queensland,
han encontrado que los individuos que se oponen a la vacunación tienen mayor
predisposición a adoptar cualquier tipo de las mal llamadas “medicinas”
alternativas, puesto que por no curar nada (salvo el presentar el famoso efecto
placebo) no pueden nunca ser consideradas medicinas.
Es más, los autores del estudio concluyen que
“el escepticismo frente a la vacunación refleja una cosmovisión de la salud más amplia que descarta el conocimiento científico en favor del pensamiento mágico o supersticioso.”
Es decir, que estas personas no han asimilado los conceptos básicos
del conocimiento biológico y médico actual y mantienen patrones de pensamiento (lo cual en su caso es un eufemismo)
irracionales y mágicos, más o menos igual que los de los campesinos del
Medievo, aun cuando tengan toda la información a un par de clics de la
Wikipedia.
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