Es evidente que la iglesia católica española sigue anclada
en el más oscuro Medievo, en donde la imposición del cristianismo era la norma.
Sin embargo, en otras tierras más civilizadas tienen un catolicismo más acorde
con la modernidad.
Porque mientras los obispos hispanos intentan por todos los
medios imponer la presencia del catolicismo en cualquier faceta de la vida
social, resulta que sus compañeros alemanes han decidido mostrar su repulsa
frente al intento de la derecha bávara de imponer la cruz en todos los
edificios públicos de la región porque
y cito textualmente los obispos alemanes entienden que ello
“Es motivo de división y de inquietud, pone a unos contra otros.”
¡Enhorabuena! por los católicos alemanes que entienden que
sus creencias pueden no gustar y hasta ofender a otras personas religiosas o
ateas, y que por tanto la exhibición de sus símbolos sólo puede traer discordia
y enfrentamiento.
Mientras tanto en España, como si Torquemada siguiera
viviendo: la cruz católica en todo sitio y lugar público como recordatorio de
que aquí no han llegado ni los derechos humanos ni las libertades personales y
que seguimos bajo el asfixiante yugo nacionalcatólico por los siglos de los
siglos.
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