La iglesia católica en su afán de copar todas las facetas de
la vida termina llegando al más ofensivo ridículo.
Porque la más que absurda tradición de bendecir a los
animales el día de San Antón, además de ignorante únicamente puede ser
considerada como quizás la más ofensiva de las creencias católicas.
Ya que en
un mundo donde cientos de millones de niños pasan hambre
otros tantos trabajan en condiciones de casi esclavitud
o son violados por asquerosos pederastas en todas las
variantes posibles
resulta que arrobados representantes de supuesto dios único
dedican sus plegarias a bendecir a animales de compañía, mascotas que llevan vidas de
lujo para gran parte de la infancia de este injusto y más que atormentado
mundo.
Pero, claro que se puede esperar de seres tan mentalmente
deficientes que muy probablemente estén en la escala evolutiva por debajo de, no
sólo nuestros más que inteligentes primos bonobos y chimpancés, sino muy
seguramente de los más que simpáticos titis de la selva.
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