Es más que evidente que España dejó de ser católica hace
tiempo, pero los datos actuales rozan ya el escarnio.
Porque que en un supuestamente católico país, sólo un
misérrimo 9% de las bodas oficiadas en el País Vasco hayan sido religiosas
muestra la verdadera realidad de esa iglesia mantenida en parada cardiorrespiratoria
por los miles de millones de euros que el estado le regala año tras año.
Es más, en
el caso de Álava, supuestamente una de las provincias más “tradicionales”,
el porcentaje de bodas católicas es menor del 2% de los enlaces realizados.
Si a eso le sumamos que sacerdotes,
frailes y monjas católicos están todos prácticamente en edad de jubilación,
el futuro del catolicismo en España es evidente: del geriátrico a la tumba.
Hola:
ResponderEliminarLa imagen me deja la idea del desperdicio, por lo menos con otra iglesia abandonada la convirtieron en biblioteca.
He escuchado que ningún ser humano puede eliminar un vicio sin reemplazarlo por otro que le sirva de compensación.
De ser así con los grupos, ¿se abandonará la ideología católica para remplazarla por otra new age mezclada con una ideología sociopolítica que no tome como foco el bienestar de la ciudadanía?.
Saludos.