Cada día está más claro que en esta tan particular España existen,
y siempre existirán víctimas de diferente categoría.
Porque solo así se puede entender la inmensa cantidad de
homenajes realizados en la última semana a un concejal (por supuesto del
todopoderoso Partido Popular) asesinado
por ETA hace décadas, mientras por el contrario ese mismo partido corrupto se niega a reconocer los más mínimos derechos
a las víctimas del genocidio fascista a sus familiares.
Es más, mientras se homenajea a este pobre individuo resulta
que dirigentes del PP piden más de 2.000 euros a la anciana hija de un
asesinado por el gallego genocida por exhumar los restos de su padre, ¡sí! esos mismos filofascistas que ocupan los más altos cargos de esta
"democracia" bananera y de opereta.
Y yo me pregunto ¿para cuándo un minuto de silencio en
el Congreso por cada uno de los cientos de miles de asesinados por la dictadura
genocida franquista? ¿Para cuándo un homenaje a las víctimas del franquismo en
todos los ayuntamientos como ha sido el caso del concejal del PP?
Porque en
España parece que hay muertos de primera y luego están olvidados los que siguen
enterrados en las cunetas como perros.
Todo eso de que el asesinato de M.A. Blanco unió a los españoles, es un símbolo único etc no es cierto. Una matanza masiva como la de Hipercor o la de aquel niño al que alcanzó una bomba influyeron lo suficiente en su día para convencer a los rezagados. En 1997 todo el mundo tenía las cosas claras. Lo que ocurrió es que la policía descubrió el zulo en que tuvieron encerrado 532 días a Ortega Lara y detuvo a los cuatro secuestradores. ETA se vengó secuestrando a Blanco y chantajeando con su muerte. Por eso ese día, a la hora anunciada, llenábanos las plazas clamando por su vida, porque creímos que podíamos convencerlos. Cuando nos enteramos por las radios (que todos llevábamos encima) de que habían acabado con él, nos fuimos a casa destrozados. Pero a partir de ahí su muerte es tan dolorosa como la de cualquiera, y quien pretenda establecer jerarquías está siendo de todo menos justo.
ResponderEliminar