Los creyentes son seres especiales que viven en una perpetua
contradicción: mientras todo lo bueno que les pasa en sus más que anodinas vida
es gracias a su dios particular, ese mismo que nunca jamás es culpable de las
tragedias o los sinsabores de la vida.
Y no hay ejemplo más llamativamente absurdo de la lógica
religiosa que cuando se trata de salud, tal y como lo muestra más que divertidamente
este video.
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