Una de los grandes argumentos de los defensores de las armas
en EEUU es que un ciudadano armado puede hacer frente a cualquier amenaza y por
tanto vivir más seguro. Sin embargo la realidad en muy diferente.
Tal y como indican numerosas estadísticas, la presencia de
armas entre la población, no sólo no aumenta la seguridad de los ciudadanos,
sino que tiene el perverso resultado de que en presencia de armas cualquier
desavenencia o disputa entre particulares (por más simple que sea) puede acabar
con trágicos resultados. Además, la presencia de armas en los hogares aumenta
el número de fallecidos simplemente por su manipulación accidental,
tanto de los adultos dueños de las mismas, como de los menores que habitan en
residencias donde las armas están presentes.
Y sin embargo a estos ya de por sí graves riesgos hay que
añadir otro mucho más preocupante. Según un
reciente estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Indianápolis,
vivir en estados con leyes de armas más débiles aumenta muy significativamente la
probabilidad de ser matados por las fuerzas del orden. Hecho que visto en
perspectiva no tiene nada de extraño, ya que en ciudades o estados en donde
todo el mundo puede llevar una pistola o incluso un rifle automático, el
policía que se acerque a un sospechoso lo hará pensando que el presunto
delincuente va a disparar a las primeras de cambio, por lo que instintivamente los
agentes de la ley tenderán a ser de gatillo fácil. Y entonces cualquier
ciudadano, por más inocente que sea, estará en mayor riesgo de morir asesinado
por la policía en cuanto se encuentre en una situación sospechosa.
Hola:
ResponderEliminarPienso que la mejor defensa es la buena educación y las leyes que beneficien a la sociedad.
Saludos.