Un niño vestido de obispo católico pasea por la ciudad a
lomos de un corcel blanco y acompañado de otros cuatro chavales ataviados con
ropajes eclesiásticos carmesíes penetra con su báculo en el ayuntamiento de la ciudad,
en donde es recibido con todos los honores por el regidor en persona ¿situación
extraída de un relato de ficción?¿ceremonia del siglo XIII? Pues aunque pueda
parecer mentira se trata de la siempre nacionalcatólica España del siglo ¿XXI?
Sí señor, con un par, como dirían los castizos madrileños.
En pleno siglo XXI, en un supuesto país desarrollado resulta que las monjas de
un monasterio burgalés visten de fantoches a una cohorte de chavales y los
pasean con todo el boato por las calles de Burgos para que finalmente sean
recibidos por el alcalde de la localidad.
Los niños, que tal y como muestra la siguiente fotografía de
un diario local,
estaban más aburridos que una mona con sus disfraces
medievales dan un discurso siguiendo una tradición que ¡agárrense! se eliminó
tras el Concilio de Toledo allá por el lejanísimo año del señor de 702 ¡cuando
los reyes visigodos gobernaban en la Península Ibérica y ni siquiera existía
España!, pero que sin embargo los idiotizados meapilas católicos de nuestros
gobernantes recuperaron para mayor gloria de la absurda estupidez cristiana en
fechas tan recientes como 1996. ¡No me digan que no es para correr a gorrazos a
esta panda de papanatas católicos!
Muy bonito, me encantan las capelinas de los cuatro monaguillos. el pseuobispo tiene el cráneo pelín pequeño y hubiera quedado mejor un niño gordito. País de tontolabas!
ResponderEliminarPueden hacer todas las ridiculeces que quieran pero que trabajen y lo paguen con su dinero, que no hagan cómplices a las autoridades locales ni utilicen edificios públicos, incluidas las iglesias, que son de todos. ¡Ah! y que se haga exclusivamente entre adultos para no llenar de tonterías las mentes infantiles. Pobres criaturas ¡por Zeus!
ResponderEliminar